martes, 16 de junio de 2020

Balcones vacíos

Los balcones vuelven a estar vacíos y los que siempre habíamos disfrutado de ellos hemos recuperado nuestra intimidad.
Las ocho de la tarde ya no es la hora de cerrar las ventanas y correr las cortinas.
Los que parecía que habían vivido siempre en sus balcones no han vuelto a aparecer desde que ya no hace falta mostrar agradecimiento.
Esos vecinos que parecían amigos de toda la vida pero que no se conocían ya no hacen planes de futuro de ventana a ventana. Me pregunto si cumplirán algunos de esos planes.
Las sirenas vuelven a indicar urgencia, gravedad y preocupación.
Me alegra no tener que enterarme de los cumpleaños de mis vecinos.

Siempre he estado bien en mi casa y nunca me he sentido encerrada hasta que lo han tenido que estar también los demás. Ver balcones llenos que nunca antes habían tenido vida, terrazas ocupadas con gente de paseo y escuchar ruidos de convivencia de otras familias, me han hecho sentirme invadida en mi propia casa. 

31 comentarios:

  1. Has hecho una reflexión de algo importante como es sentirte invadida en tu propia casa, habrá de todo, aquellos que a día de hoy no se acuerden de la cara de su vecino y otros que sigan manteniendo esa amistad que se forjo por la cruel desgracia ...cada uno es libre de elegir hasta el momento lo que prefiere ..pero eso si...No hace falta aplaudir para dar gracias por aquello que les pagan y es su trabajo, no olvidemos de seguir cuidándonos cada uno con responsabilidad ..difícil pero al menos intentemos lo ..Un abrazo .

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    1. Las gracias se dan todos los días, de muchas maneras, y por supuesto de formas más discretas que unos aplausos a una hora convenida.

      Besos.

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  2. Yo no he tenido relación con los vecinos. Un beso

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  3. Te entiendo perfectamente en lo de la intimidad. A mí me pasó un poco lo mismo, y si hay algo que valoro es la intimidad y la discreción. Me alegra que la gente ya no salga a las ventanas a hacer el paripé del aplauso ése que se creó como un apoyo a los sanitarios y en memoria de las víctimas y se convirtió en una fiesta del "Ehpaññia ez azín" y viva la juerga.

    Dudo que muchos planes que se fraguaron lleguen al éxito, quizá algunos, igual que dudo que todos los propósitos se lleven a cabo y lo que tengo claro es que no se ha aprendido NADA.

    Un beso desde la ventana.

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    1. Al final muchos salían al balcón por la fiesta, nada más.

      Besos, desde el balcón.

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  4. Por suerte no tengo balcón, sólo un patio interno, pero algunas veces tuve que cerrar todo porque me invadía el bullicio que hacían los vecinos.
    Abrazos.

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    1. Nosotros que somos de tener las cortinas casi siempre abiertas ya habíamos tomado la costumbre de cerrarlas antes de las ocho.

      Besos.

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  5. A mí terminó por agobiarme tanto aplauso a las 8, tantas felicitaciones y tantas canciones. Y tanta policía de los balcones. El último mes, no salí a aplaudir ningún día. Y desde luego no creo que la pandemia nos haya cambiado lo más mínimo, y menos para mejor.
    Yo me alegro de haber recuperado las ventanas mudas y la vida en casa de ventanas adentro.

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    1. Yo también me alegro, esa sí que es mi normalidad.

      Besos.

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  6. La gente ha retomado sus vidas previas y ya se ha olvidado de esos planes de balcón. Yo no disfruto de un balcón. Si lo tuviera sería casi tan feliz como tú. Los desayunos serían mi parte preferida del día mirando desde estos el paisaje. Fuera el que fuera. Besos

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    1. A la hora del desayuno todavía no le he sacado suficiente provecho, ahora que lo comentas 😅

      Besos.

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  7. No, ahora están todos en la calle, tengo la sensación de que como no hemos podido salir durante meses, ahora mucha gente se ha tirado a la calle como loca.

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  8. Te entiendo perfectamente bien, hubo días en que tuve que cerrar todo porque ya ni siquiera respetaban las horas de descanso, menos mal que vivo en un ático con terraza y nadie me ha visto en pijama jaaaaaaaaaaa.
    Besitos

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    1. Un ático con terraza tiene que haber sido un paraíso durante estos días 😊

      Besos.

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    2. Perdona A. no te he dado la bienvenida 😊

      Besos.

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  9. en mi edificio no hay terrazas ni nada que permita ese tipo de contacto con vecinos. en cuanto a mis vecinos, los hay majos y discretos, y los hay que empiezan a machacarte a preguntas: qué tal tú? qué tal el trabajo? qué tal tus padres? y si es un día en el que no tienes ganas de hablar, es como "déjame en paz, tía!!". digo tía porque estoy pensando sobre todo en una vecina en concreto...
    en cuanto a lo que comentas de las 'amistades de balcón', me da que es la típica amistad fugaz, que un día son tus amigos del alma y al poco tiempo ni se acuerdan de ti.
    besos

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    1. Dudo que esas amistades de balcón vayan a más. Si después de tantos años siendo vecinos no ha surgido la amistad no creo que compartir aplausos lo vaya a conseguir.

      Besos.

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  10. Es que todo en exceso, cansa.
    Yo como no tengo vecinos delante, no he vivido esto en primera persona. Pero me cansaba el ruido, la música alta, el poco cuidado (ruido acústico) de mis vecinos.
    Besitos.

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    1. Lo malo de situaciones así es que encontrar el punto justo es imposible, y somos tantos que al final todo son excesos.

      Besos.

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  11. eh! jaja que intolerancia! en ningún balcón hay intimidad porque es exponerse y a decir verdad no me gustan para nada. Cuándo viví en un departamento con él nunca lo usé para estar, solo de paso por si tenía que hacer algo en ese lugar.

    Las promesas hechas ahí se las llevó el viento! jaja... saludos

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    1. Hay balcones y balcones, y en mi calle los utilizaba tan poca gente que el mío era de lo más íntimo 😆

      Besos.

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  12. Conozco ese sentimiento... También tengo cierta tendencia a ser casero, pero fue el momento de prohibir y no tener en mente otra cosa que no fuera salir...

    Por el tema vecinos, ya hace tiempo que dejaron de aparecer por sus ventanas, más desde que los críos ya podían salir a la calle con sus padres. Algo que, sinceramente, esperaba que sucediera, porque lo que originalmente era un gesto de ánimo, agradecimiento... acabó siendo un simple tramite o rito, una actividad conjunta que daba vida al vecindario para poder ver a alguien que no fuera con quien convives. Dicho de otro modo, perdió su sentido de ser.

    Y puede que sí, que alguna amistad haya perdurado tras todo esto, pero me da que serán una minoría y la mayoría de planes y promesas acabarán siendo llevadas y olvidadas por los tiempos de poder salir libremente por la calle.

    Besos

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    1. Espero que como poco se saluden por la calle esos que hasta ahora nunca se habían hablado y durante estas semanas han jugado incluso al veo veo desde la ventana.

      Besos.

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  13. Una realidad un poco chocante y surrealista para lo que acostumbramos a vivir, pero poco a poco esos hechos se van transformando en recuerdos y no en vivencias presentes.
    Un saludo.

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    1. Lo malo es que se transforman en recuerdos demasiado rápido.

      Besos.

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  14. Es gratificante sentirse en la nueva antigua normalidad. Además, tu balcón es uno de los pocos lugares donde no necesitas llevar mascarilla... Besitos

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    1. En mi caso «el momento balcón» es lo más parecido a volver a la normalidad.

      Besos.

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  15. Sí, parece que todo el mundo ha vuelto a ocuparse de sus asuntos :O

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