Estos últimos días siento como si mi cerebro diera vueltas sobre sí mismo dentro de mi cabeza. Ando como si fuera por la vida flotando, y mi cabeza fuera a separarse en cualquier momento de mi cuerpo.
Por primera vez en mi vida he experimentado eso que había oído tantas veces, lo de "todo me da vueltas", y he descubierto que es literal.
Yo lo achaco a la edad, a la mía, para los que son mayores que yo y piensan que todavía no tengo edad para decir eso. Seguro que ellos también lo hicieron, pero ya no lo recuerdan.
Así que ahora voy más despacio, a ver si así consigo despistar al mareo, e intento ser más consciente de mi cuerpo y sus movimientos, y me maravilla descubrir que soy como un robot, un autómata que anda, habla, se mueve, porque hay algo que lo ordena sin yo llegar a darme cuenta.
Tiene algo de emocionante, y mucho de preocupante, sentir que en cualquier momento puedes caer redonda sin tiempo a reaccionar. Pero aunque tiene su puntillo ir andando por las nubes, yo preferiría notar el suelo bajo mis pies.
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