Es cierto lo de que si tú te sientes bien es más fácil hacer que los demás también se sientan bien.
A mí me pasa.
Si puedo ir al gimnasio por las mañanas, aun con el madrugón que supone, si puedo hacer algo durante el día solo para mí, que me haga sentir bien, si hago (casi) todo lo que tenía previsto, si me cuido, si me dedico tiempo, si me dedico a mí, un poquito al día nada más, la suficiente como para cuidarme, lo noto.
Y no se trata de hacer todo lo que he dicho antes todos los días, pero sí pensar en mí misma todos los días, en atenderme como hago con mi familia y mi casa, con la gente que me rodea.
Quiero enseñar esto a mis hijos, que puedan ver y valorar el efecto que tiene dedicarse tiempo a uno mismo, a quererse. Y sé que no siempre lo hago, y que muchas veces no soy un ejemplo.
Cuando son varios los días seguidos que no puedo hacer nada por cuidarme, que no me atiendo, soy una borde y una margada. Todo me molesta y me sabe mal. Respondo de malas maneras y me sobra el mundo.
Así que sí, os aseguro que es necesario cuidarse, primero por nuestro bien, y después por el bien de los que queremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me interesa lo que piensas.