Hay papeles que no sirven para nada, o por lo menos no sirven para lo que nos los hacen utilizar: las servilletas de heladerías y bares, y el papel higiénico de centros de salud o espacios públicos, son algunos.
Los primeros no están hechos para limpiar, al contrario, son estupendos para repeler líquidos, helados chorreantes o grasa de tapas de bar.
De los segundos necesitas casi un metro de papel para poder limpiarte después de orinar sin mojarte la mano.
Solución: llevar siempre tú pañuelos de papel.
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